Por: Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo,
Human & Nonhuman Communication Lab,
Facultad de Comunicación,
Universidad Anáhuac México
Vivimos en una era donde la hiperconectividad se ha convertido en un estado permanente. Nuestros teléfonos inteligentes nos ofrecen acceso inmediato a información y comunicación, pero ¿a qué costo? Un reciente experimento con 467 participantes reveló que restringir el acceso a internet en dispositivos móviles durante dos semanas mejoró significativamente la salud mental, la concentración y la sensación de control sobre la vida.
Menos Pantallas, Más Vida
Los participantes del estudio, al limitar el uso de internet en sus teléfonos, experimentaron:
- Mayor bienestar emocional → Más tiempo para hobbies, interacción cara a cara y conexión con la naturaleza.
- Mejor calidad de sueño → Menos estímulos digitales antes de dormir, mayor descanso reparador.
- Relaciones más auténticas → La desconexión digital fortaleció el contacto humano sin distracciones.
¿Somos Usuarios o Somos Usados?
Filósofos como Martin Heidegger advirtieron sobre cómo la tecnología puede alejarnos de nuestra esencia, transformándonos en meros consumidores de contenido digital. Desde una mirada antropológica, la tecnología no solo modifica la comunicación, sino también las estructuras sociales y los rituales comunitarios.
McLuhan y la Naturaleza del Medio
Marshall McLuhan afirmaba que "el medio es el mensaje", es decir, la forma en que consumimos información modifica nuestra percepción del mundo. Si estamos constantemente conectados, ¿cómo afecta esto nuestra capacidad de pensar críticamente y vivir el presente?
Hacia una Tecnología Más Humana
No se trata de rechazar la tecnología, sino de usar conscientemente nuestras herramientas digitales. La desconexión temporal no es un retroceso, sino una estrategia para recuperar nuestra atención, bienestar y relaciones.
¿Te atreverías a desconectarte y experimentar sus beneficios?
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